La vegetación
La vegetación de las Islas Baleares está formada por tres especies
típicamente mediterráneas: el pino de alepo, la encina y la garriga
mallorquina, monte bajo formado en su gran mayoría por lentisco y
acebuche.
MALLORCA
La vegetación de Mallorca está muy adaptada a las características
climáticas de la isla. En la zona de clima mediterráneo típico
predominan las encinas y los pinos. La encina se localiza en áreas
húmedas y frescas, donde forma grandes bosques. El pino se extiende por
toda la isla y se concentra en lugares más secos. El monte bajo se
localiza en las zonas más secas. Se caracteriza por una vegetación poco
densa formada en su gran mayoría por lentisco, acebuche, palmito, jara,
lavanda y carrizo. En la Serra de Tramuntana, por encima de los 800 m.
de altitud, la vegetación está adaptada al clima de montaña. Está
formada por tejos, helechos, acebo y especies de alta montaña como el
cojinete de monja, que se alterna con la roca desnuda.
MENORCA
Los fuertes vientos de Tramuntana que azotan la isla de Menorca,
determinan que la isla tenga una vegetación escasa. En el centro de la
isla hay pequeños bosques de pinos y encinas. El monte bajo está
compuesto por lentisco y acebuche. En las zonas costeras aparece la
sabina y especies espinosas como la zarza.
LAS ISLAS PITIÜSES
En Ibiza las lomas montañosas están cubiertas por claros bosques de
pino, encina y sabina, este último es el árbol característico de la
isla. El resto de la isla se caracteriza por un monte bajo formado por
lentisco, romero, carrizo y adelfas.
Formentera tiene una vegetación muy similar a la de Ibiza aunque con menor número de pinos y encinas.
ARCHIPIÉLAGO DE CABRERA
Una de las características del paisaje vegetal terrestre de Cabrera es
la práctica ausencia de bosque, reducido a unas pequeñas zonas en el
centro y noreste de la isla. Ello ha sido debido principalmente a las
vicisitudes históricas que en ella han tenido lugar. La falta de
precipitaciones y la pobreza de los suelos determinan un tipo de
vegetación adaptada para poder soportar la aridez del verano. El único
árbol presente en el archipiélago es el pino, que forman áreas
frecuentemente muy densas que se mezclan con el típico matorral
mediterráneo "la garriga", matorral perfectamente adaptado a los rigores
del clima mediterráneo. Entre este tipo de plantas destacan el
acebuche, lentisco, sabina y la ueforbia.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
lunes, 20 de octubre de 2014
Relieve de las islas baleares
El relieve de las islas Baleares presenta notables diferencias entre las
distintas islas que forman el archipiélago. En general, a excepción de
la isla de Mallorca, podemos hablar de un relieve de formas suaves y
llanas, valles abiertos y montañas de escasa altitud. Las costas
muestran fuertes contrastes. En las zonas donde el relieve es montañoso o
elevado se forman acantilados rocosos. En las zonas bajas se forman
extensas playas de arena.
MALLORCA
En Mallorca podemos distinguir tres unidades bien diferenciadas:
La "serra de Tramuntana". Se extiende por la costa norte de la isla con una orientación noreste - suroeste. En esta sierra encontramos las cimas más altas de la comunidad balear: Puig Major(1.447 m) y Massanella (1.348 m). La serra de Tramuntana da lugar a un litoral muy escarpado. Los accidentes costeros más importantes son el cap de Formentor y cala de Deiá.
Las "serres de Llevant". Están situadas en el sur de Mallorca y son paralelas a la serra de Tramuntana. Sus cumbres más altas son puig de Son Morell (560 m) y Ferrutx (519 m). La costa que bordea las serres de Llevant está formada por acantilados de alturas muy variables. Son frecuentes las calas, en cuyo fondo se depositan playas de arena: cala Rajada, cala Mondragó y cala Marçal.
"El Pla". Es la llanura comprendida entre las dos sierras. Es una tierra fértil en la que se localizan las mejores zonas de cultivo. A pesar de su horizontalidad, en el Pla destacan los picos de Randa y Bonany. El relieve del Pla da lugar a una costa baja y arenosa; las playas de Alcúdia, s'Arenal, Pollença y es Trenc son las más importantes.
MENORCA
Aunque en el paisaje menorquín predomina el relieve horizontal, la mitad noreste de Menorca es montañosa. En esta parte de la isla se encuentra la máxima altura: el Toro (357 m). La costa de Menorca es generalmente alta y acantilada y está configurada por calas de singular belleza. Entre otras destacan las de Algaiarens y Santa Galdana.
LAS ISLAS PITIÜSES: IBIZA Y FORMENTERA
Ibiza, la mayor de las Islas Pitiüses, está formada por dos zonas montañosas y valles muy abiertos.
-Al noreste de la isla se levanta la serra de St. Vicent, que culmina con el puig Fornás (410 m).
-Al suroeste, se localiza la serra de St. Josep. Esta alineación queda cerrada por una llanura litoral cubierta por salinas. Su máxima altura es sa Talaiassa (475 m).
-La costa ibicenca es acantilada y rocosa, especialmente en la parte noroeste. Pero también presenta playas de arena como la platja d'en Bossa y es Codolar.
La isla de Formentera presenta dos unidades de paisaje unidas por un tómbolo o istmo. Al este, se sitúa la zona de la Mola (192 m), que es la parte más elevada de la isla, rodeada de acantilados. Al oeste se eleva el puig Guillem (107 m). Entre las dos unidades, se localiza la platja de Migjorn, que es la más extensa de la isla.
LAS ISLAS MÁS PEQUEÑAS
El archipiélago de Cabrera está formado por diecisiete islas e islotes. Constituye, en su gran mayoría, una continuación de las serres de Llevant de Mallorca.
Otras islas de singular riqueza paisajística son: es Vedrá, sa Dragonera, sa Conillera y Conill.
MALLORCA
En Mallorca podemos distinguir tres unidades bien diferenciadas:
La "serra de Tramuntana". Se extiende por la costa norte de la isla con una orientación noreste - suroeste. En esta sierra encontramos las cimas más altas de la comunidad balear: Puig Major(1.447 m) y Massanella (1.348 m). La serra de Tramuntana da lugar a un litoral muy escarpado. Los accidentes costeros más importantes son el cap de Formentor y cala de Deiá.
Las "serres de Llevant". Están situadas en el sur de Mallorca y son paralelas a la serra de Tramuntana. Sus cumbres más altas son puig de Son Morell (560 m) y Ferrutx (519 m). La costa que bordea las serres de Llevant está formada por acantilados de alturas muy variables. Son frecuentes las calas, en cuyo fondo se depositan playas de arena: cala Rajada, cala Mondragó y cala Marçal.
"El Pla". Es la llanura comprendida entre las dos sierras. Es una tierra fértil en la que se localizan las mejores zonas de cultivo. A pesar de su horizontalidad, en el Pla destacan los picos de Randa y Bonany. El relieve del Pla da lugar a una costa baja y arenosa; las playas de Alcúdia, s'Arenal, Pollença y es Trenc son las más importantes.
MENORCA
Aunque en el paisaje menorquín predomina el relieve horizontal, la mitad noreste de Menorca es montañosa. En esta parte de la isla se encuentra la máxima altura: el Toro (357 m). La costa de Menorca es generalmente alta y acantilada y está configurada por calas de singular belleza. Entre otras destacan las de Algaiarens y Santa Galdana.
LAS ISLAS PITIÜSES: IBIZA Y FORMENTERA
Ibiza, la mayor de las Islas Pitiüses, está formada por dos zonas montañosas y valles muy abiertos.
-Al noreste de la isla se levanta la serra de St. Vicent, que culmina con el puig Fornás (410 m).
-Al suroeste, se localiza la serra de St. Josep. Esta alineación queda cerrada por una llanura litoral cubierta por salinas. Su máxima altura es sa Talaiassa (475 m).
-La costa ibicenca es acantilada y rocosa, especialmente en la parte noroeste. Pero también presenta playas de arena como la platja d'en Bossa y es Codolar.
La isla de Formentera presenta dos unidades de paisaje unidas por un tómbolo o istmo. Al este, se sitúa la zona de la Mola (192 m), que es la parte más elevada de la isla, rodeada de acantilados. Al oeste se eleva el puig Guillem (107 m). Entre las dos unidades, se localiza la platja de Migjorn, que es la más extensa de la isla.
LAS ISLAS MÁS PEQUEÑAS
El archipiélago de Cabrera está formado por diecisiete islas e islotes. Constituye, en su gran mayoría, una continuación de las serres de Llevant de Mallorca.
Otras islas de singular riqueza paisajística son: es Vedrá, sa Dragonera, sa Conillera y Conill.
Clima las islas baleares
En el archipiélago balear predomina el clima mediterráneo
sub-húmedo, con una pluviosidad anual entre los 350mm y los 650 mm. Las
nevadas son muy escasas y se producen principalmente en las cumbres. Las
temperaturas son suaves durante todo el año. Todo ello, junto con una
media de 300 días de sol, hace que las Illes Balears sean uno de los
lugares de Europa con clima más agradable. Sin embargo, existen
sensibles diferencias entre las diversas islas que conforman la
comunidad autónoma.
El entorno físico de Mallorca es en primer lugar el mar, un mar profundo, cerrado y relativamente cálido, con temperaturas superficiales que alcanzan los 26 º C en agosto y que no bajan de los 14º C en invierno. El mar regula la temperatura y hace que la estacionalidad térmica no sea tan marcada como en pleno continente, a la misma latitud.
En invierno predominan los vientos de componente norte conocidos como Mistral (noroeste) y Tramuntana (norte). En los meses de verano los vientos predominantes son los de componente sur, conocidos como Xaloc (sudeste), Mitjorn (sur) y Llebeig (sudoeste).
El Embat es el nombre que recibe en Mallorca la brisa marina, un viento originado localmente por el calentamiento diurno de la tierra con respecto al mar. El aire que se calienta sobre la tierra tiende a levantarse y atrae aire marítimo más fresco hacia el interior de la isla. Esto provoca que en verano las temperaturas diurnas sean poco rigurosas en las zonas de costa, siempre y cuando no sople un viento contrario al 'Embat'.
El fenómeno climatológico más destacable de la isla es el viento del norte, la famosa Tramuntana, un viento seco y virulento que puede ser protagonista en cualquier época del año, aunque es durante los meses del invierno cuando puede llegar a alcanzar más de 100 kilómetros por hora. Estas ráfagas son las responsables de que a Menorca se la denomine "la isla del viento". Pero la Tramuntana no azota siempre con el mismo rigor. Contrariamente, cuando llega el verano se convierte en una plácida brisa muy apreciada por los habitantes de la isla, ya que suaviza las temperaturas estivales, reduce la humedad del ambiente y proporciona jornadas de una atmósfera más limpia.
En lo que se refiere a la lluvia, la media anual es de 650 mm, una cifra que varía según el año y la región del territorio insular. Normalmente, el otoño es la estación donde se registran las mayores precipitaciones.
Las temperaturas de las Pitiusas son bastantes regulares y
elevadas. La media anual en Ibiza/Eivissa es de 18-19º C y en ningún mes
las temperaturas medias son inferiores a los 10º C. En junio, julio,
agosto y septiembre se sobrepasan los 25º C de media. En Formentera las
medias son ligeramente superiores; las máximas medias no alcanzan los
30º C ningún mes y son más altas en otoño que en primavera, mientras que
las mínimas medias se dan en diciembre, enero y febrero. La oscilación
térmica anual es de 14º C en Ibiza/Eivissa y 13º C en Formentera (una de
las más bajas de Baleares), mientras que la oscilación media anual se
sitúa entre los 5 y 6º C.
Se trata, por tanto, de un clima con altas temperaturas medias, de inviernos suaves, veranos largos, baja oscilación media anual y un elevado porcentaje de días de sol (2800 horas anuales).
La pluviosidad es irregular y escasa, un total de 380 mm en Evissa/Ibiza y 350 mm en Formentera. En ningún mes se registra exceso de agua, si no que por el contrario el déficit hídrico se mantiene durante nueve meses en Ibiza/Eivissa y diez en Formentera.
Los vientos predominantes son de oeste-sudoeste en invierno, y del este en verano, originados por la depresión de origen térmico del centro de la península. La superficie de las islas no es lo suficientemente grande como para que se formen brisas térmicas importantes.
Climograma
El clima en Mallorca
Es típicamente mediterráneo, con temperaturas medias templadas y un régimen de precipitaciones estacional, coincidiendo la estación seca con la cálida del verano. Las precipitaciones anuales fluctúan de un lugar a otro de la isla, entre los 350 mm de la zona sur y los 1.500 mm en zonas altas de montaña, en la Serra de Tramuntana. Pero en la mayor parte del territorio están comprendidas entre los 450 y los 650 mm. El 40% del total anual de las precipitaciones cae durante el otoño, de septiembre a noviembre, el 25% en primavera, de marzo a mayo, igual que en invierno, de diciembre a febrero y en verano solamente un 10%, de junio a agosto. El régimen de precipitaciones se caracteriza por su irregularidad, variando considerablemente de un año a otro, hasta el extremo de llegar a provocar sequías. La mayor parte de la lluvia se concentra en pocos días, con precipitaciones intensas en otoño y el resto del año de poca intensidad. Las temperaturas medias anuales, exceptuando la alta montaña, están entre los 16 y 18º C, con máximas medias los días de verano de 29/31º C y mínimas medias las noches de invierno de 5/9º C. A pesar de que se dan extremos prácticamente cada año, por encima de 35º C y por debajo de -2º C, excepcionalmente las temperaturas pueden llegar hasta los 41º C en verano y hasta -6º C en invierno.El entorno físico de Mallorca es en primer lugar el mar, un mar profundo, cerrado y relativamente cálido, con temperaturas superficiales que alcanzan los 26 º C en agosto y que no bajan de los 14º C en invierno. El mar regula la temperatura y hace que la estacionalidad térmica no sea tan marcada como en pleno continente, a la misma latitud.
En invierno predominan los vientos de componente norte conocidos como Mistral (noroeste) y Tramuntana (norte). En los meses de verano los vientos predominantes son los de componente sur, conocidos como Xaloc (sudeste), Mitjorn (sur) y Llebeig (sudoeste).
El Embat es el nombre que recibe en Mallorca la brisa marina, un viento originado localmente por el calentamiento diurno de la tierra con respecto al mar. El aire que se calienta sobre la tierra tiende a levantarse y atrae aire marítimo más fresco hacia el interior de la isla. Esto provoca que en verano las temperaturas diurnas sean poco rigurosas en las zonas de costa, siempre y cuando no sople un viento contrario al 'Embat'.
El clima en Menorca
Durante prácticamente todo el año, Menorca goza de un clima típicamente mediterráneo, sin temperaturas extremas; con inviernos suaves y húmedos, y veranos secos y cálidos. Las temperaturas medias son: enero 10º; febrero 10'5º; marzo 12'2º; abril 14'5º; mayo 17'5; junio 21'5º; julio 24'2º; agosto 24'5º; septiembre 22'6º; octubre 18'4º, noviembre 14'4º y diciembre 11'9.El fenómeno climatológico más destacable de la isla es el viento del norte, la famosa Tramuntana, un viento seco y virulento que puede ser protagonista en cualquier época del año, aunque es durante los meses del invierno cuando puede llegar a alcanzar más de 100 kilómetros por hora. Estas ráfagas son las responsables de que a Menorca se la denomine "la isla del viento". Pero la Tramuntana no azota siempre con el mismo rigor. Contrariamente, cuando llega el verano se convierte en una plácida brisa muy apreciada por los habitantes de la isla, ya que suaviza las temperaturas estivales, reduce la humedad del ambiente y proporciona jornadas de una atmósfera más limpia.
En lo que se refiere a la lluvia, la media anual es de 650 mm, una cifra que varía según el año y la región del territorio insular. Normalmente, el otoño es la estación donde se registran las mayores precipitaciones.
El clima en Ibiza/Eivissa y Formentera
Se trata, por tanto, de un clima con altas temperaturas medias, de inviernos suaves, veranos largos, baja oscilación media anual y un elevado porcentaje de días de sol (2800 horas anuales).
La pluviosidad es irregular y escasa, un total de 380 mm en Evissa/Ibiza y 350 mm en Formentera. En ningún mes se registra exceso de agua, si no que por el contrario el déficit hídrico se mantiene durante nueve meses en Ibiza/Eivissa y diez en Formentera.
Los vientos predominantes son de oeste-sudoeste en invierno, y del este en verano, originados por la depresión de origen térmico del centro de la península. La superficie de las islas no es lo suficientemente grande como para que se formen brisas térmicas importantes.
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